lunes, 17 de octubre de 2011

Capitulo 18: El primer enfado puede ser el último... en muchos aspectos

Christian no pudo aguantar ni 5 minutos calmados en cuanto se enteró, comenzó a maldecir contra todo lo que se le ocurrió, por suerte, como estaba en mi casa se controló, pero sabía que necesitaba desahogarse, aunque en este caso yo no podía ayudarle porque estaba peor que él, aunque aparentaba lo contrario..

Cuando por fin se relajó algo más, hablamos por primera vez después de casi media hora.

Christian: Siento lo de la fiesta de mi hermano, en serio, sabes que preferiría pasar el sábado contigo y ver lo que me tenías planeado, pero entiéndeme, no puedo hacer nada, mi hermano es mi hermano, y mi madre no me permitiría faltar, aparte de que yo no me lo perdonaría. Siento haberte gritado así, y ponerme como me puse, no quería que me vieras así, pero realmente me ha sentado muy mal y... Bueno, no he podido evitar comportarme así, lo siento

Ashley: No te preocupes, te perdono, no pasa nada, pero lo que pasa es que tú siempre tienes detalles conmigo, que yo aprecio, muchísimo y lo sabes, pero cada vez que soy yo la que intento hacer algo para ti, siempre se fastidia, y la verdad, ya no lo soporto más, porque esta vez no es la primera, y tampoco será la última, en verano intenté muchas veces hacer algo, y nunca salió bien, parece que eres tú el que tiene detalles, el que cuida la relación, y yo la que paso de todo, la que nunca tiene un mínimo detalle con su chico…

Estaba a punto de ponerme a llorar, porque decir todo eso, reconocer lo que me pasaba, me recordaba ese sentimiento aún más, y me hacía daño, en ese momento yo misma me estaba destruyendo… Y era demasiado dolor que aguantar, y al final, cuando no pude más, exploté

Ashley: ¿Sabes que te digo? Que hasta aquí llegué. No aguanto más esta situación

Christian: Pero ¿por qué? Si sabes que todo lo que has dicho antes no es verdad, que a ti también te importa esta relación tanto o más que a mí, y qe siempre tratas de hacer cosas por mí.

Ashley: Lo sé, pero yo me siento así, no puedo evitarlo, por eso es mejor que nos demos un tiempo, necesito aparcar este sentimiento de que nunca hago nada por ti ni nada a derechas cuando se trata de nosotros.

Christian: Pero... pero... No. No pienso dejarte marchar así, ¿acaso no es más importante lo que me quieres, lo que sientes por mí, que esa tontería que piensas y con la que te has obsesionado, que por otra parte, no es cierta?

Ashley: Pues... sí, pero no quiero hacerte daño por una tontería mía, por eso es mejor que te alejes de mí...

Christian: Esta bien, piensa el tiempo que te haga falta, no me preocupa, pero que sepas que yo te esperaré mientras tomas tu decisión.

Lo cierto es que en el fondo sus palabras siempre conseguían levantarme el ánimo y esta vez, no fue menos, aunque fueran solo cinco minutos. Él se marchó de mi casa, pero yo me quedé en mi habitación, pensativa, disfrutando a solas de todo lo que había echo por mí, de esos pétalos, que cogía entre mis manos, de esos peluches, a los que acariciaba sin desdibujar aquél corazón formado con ellos, de esas velas encendidas que transmitían paz a aquél sitio oscuro, de aquél peluche que unas horas antes me había regalado, pero sobre todo, de lo feliz que me sentía con todo esto. Y de él, de Christian era de lo que más disfrutaba en esos momentos, su colonia aún olía por mi habitación, y el recuerdo de nuestros momentos aún seguía allí, y no se iba a borrar... ¿Por qué habré sido tan estúpida?- me preguntaba en aquel momento, en el que no pude encontrar la respuesta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario